Margarita Wise Brown fue una autora y editora de ficción para niños excepcionalmente prolífica, reconocida mundialmente por sus queridos libros "El conejito fugitivo" y "Buenas noches, luna". Con una carrera que abarca numerosos libros y cuentos, su obra sigue siendo popular incluso hoy, más de 70 años después de su fallecimiento.
Brown tenía un enfoque único en la literatura infantil, centrándose en animales como personajes principales e incorporando patrones rítmicos en sus historias. Creía en desafiar a los jóvenes lectores con vocabulario más difícil, intercalando palabras más complicadas a lo largo de sus libros para fomentar la reflexión crítica. Su proceso de escritura también era interesante; a menudo anotaba ideas de historia o poemas en retazos de papel y afirmaba soñar historias, escribiéndolas al despertar antes de que se le olvidaran.
Además de su propia escritura, Margaret Wise Brown influyó en el mundo de las ilustraciones de libros para niños. Alentó a los artistas a representar escenas desde la perspectiva de un niño, una vez le regaló dos cachorros a un ilustrador para que pudieran estudiar la raza para un libro. Este hecho destaca su compromiso con la autenticidad y su deseo de ver el mundo a través de los ojos de los niños.
La vida de Margarita Wise Brown se truncó trágicamente cuando murió debido a complicaciones derivadas de una cirugía después de una apendicitis rota mientras se encontraba en Francia. Sin embargo, su legado perdura a través de sus historias atemporales, que continúan cautivando e inspirando a los jóvenes lectores. Sus amigos la recuerdan como una genio creativa que traía entusiasmo y alegría a cada habitación en la que entraba. A pesar de su fama, Margaret se veía a sí misma simplemente como una escritora de canciones y tonterías, reflejando su humildad y amor por el cuentacuentos juguetón.